A la gente se le agotó la paciencia. A la destrucción del sistema de transporte, que afecta a millones de ciudadanos, se suma la confirmación del pago de setenta mil pesos a jóvenes para que cometan actos de vandalismo. Este hecho, que ya había sido denunciado hace semanas, se confirmó con la declaración de un joven que fue capturado cuando un grupo de treinta vándalos destruyó con piedras, palos y bates de béisbol un CAI en Engativá.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, al fin aceptó que los jóvenes de las primeras líneas, a quienes antes llamaba ‘mis muchachos’, forman parte de un plan bien orquestado para desestabilizar al país, comenzando por la destrucción de los sistemas de transporte masivo. Cada bus con tecnología Euro VI, que queman los terroristas urbanos, nos cuesta 750 millones de pesos a todos los bogotanos.
Afirmó Claudia López que el senador de la Colombia Humana Gustavo Bolívar ha recaudado recursos de manera irresponsable para dotar de elementos de protección a las primeras líneas. Se pregunta la alcaldesa: “¿Para qué quiere un joven guantes? ¿Para salir a protestar? Los vándalos utilizan todo eso para poderles enviar bombas molotov a los miembros de la Policía y para atentar contra la ciudadanía y los buses y no quemarse”. Por fin parece que Claudia entendió el diabólico plan de manipular las protestas ciudadanas para incendiar al país, comenzando por las principales ciudades.
Inmediatamente, el senador Bolívar contestó, calificando a la alcaldesa como ‘rastrera de la peor calaña’. A propósito del senador Gustavo Bolívar, circula por redes sociales un video hecho por su antiguo amigo Bruno Díaz, culpándolo por el suicidio de su hijo, luego de que Bolívar supuestamente lo estafara en un negocio.
Los habitantes de las zonas de Bogotá en las que las primeras líneas atacan con más violencia ya están agotados. Muchos están amenazados y han tenido que vender sus propiedades perdiendo mucho dinero. Afirman: “Esos no son manifestantes, son gamines que no piensan. Hacen eso por dinero”. También dicen: “Esos chinos que dañan, queman y rompen no saben ni por qué están peleando. Claramente hay algo raro detrás de todo lo que está pasando”. Tres sectores de la ciudad han sido particularmente escogidos como blanco del vandalismo de las primeras líneas: Suba, Kennedy y Usme. Los habitantes de esos sitios ya no soportan más.
No solo contra Gustavo Bolívar se manifestó Claudia López. Gustavo Petro también fue blanco de los ataques de la alcaldesa. Dijo: “El petrismo está radicalizando a jóvenes que terminan cometiendo actos vandálicos”. La pregunta de fondo es: ¿De dónde sale el dinero que ha circulado a rodos para pagar tantos días de vandalismo cometido por tantos violentos? Indudablemente hay organizaciones delincuenciales y de narcotráfico detrás de estos hechos de violencia, pero también se ha identificado que desde Venezuela llegan grandes cantidades de dinero provenientes de la Nueva Marquetalia y sus viejos guerrilleros.
Lo que es increíble es que a pesar de que todo el mundo sabe que detrás del vandalismo hay intereses políticos de cara a las elecciones del año entrante, y que el objetivo es desestabilizar al gobierno de Iván Duque y generar zozobra y temor en todo el país, la campaña de desinformación ha sido tan eficiente, que en los ámbitos nacional e internacional existe la creencia de que los culpables de todo son los policías y el ESMAD. Incluso esta semana acusaron a un integrante del ESMAD por haber incendiado un bus. ¡Qué descaro!
Nunca serán pocas las advertencias para los electores colombianos sobre la amenaza de que un movimiento de extrema izquierda pueda llegar al poder en Colombia. Los violentos no pueden lograr el objetivo de desestabilizar nuestra democracia.