Por: Duván Idarraga
Cómo he dicho anteriormente, cada nueva propuesta del gobierno actual resulta más grave y perjudicial para el país que las anteriores. Aun tratamos de asimilar las complicadas consecuencias de las reformas ya aprobadas (la tributaria) y en proceso (la Pensional, la Laboral, el Plan Nacional de Desarrollo y la de Salud) y ya genera gran incertidumbre con la idea que soltó por estos días de recurrir a la emisión de dinero para financiar la indemnización a las víctimas de la violencia. Pregunto, ¿por qué no exigirle a las FARC que entreguen su fortuna para ello? Solo un comentario al margen.
La propuesta de Petro de recurrir a emitir dinero no es nueva, la había planteado anteriormente. Fue en agosto de 2021, en plena pandemia, decía que el gobierno Duque podría recurrir a la emisión de dinero para financiar las necesidades del país producto de las complejas circunstancias que se vivían en ese momento. Para justificar su absurda propuesta utilizó como ejemplo las decisiones de emisión de Europa y Estados Unidos. Su propuesta fue duramente cuestionada por muchos técnicos y economistas muy serios; uno de ellos, el Doctor en Economía, Juan Ramón Rallo. En el siguiente link se observa el vídeo donde el Dr. Rallo explica por qué la iniciativa del entonces opositor al gobierno y senador era absolutamente descabellada: https://youtu.be/2lSAR9S3ihU
Menos mal la Constitución Política de Colombia promulgada en 1991 blindó la independencia del Banco de la República y su Junta Directiva para evitar precisamente situaciones como esta, que el gobierno de turno tomará la decisión de utilizar la emisión de billetes como un mecanismo para financiar sus proyectos, programas o cualquier idea que se le ocurriera. Dentro de esa independencia está el sistema de elección de los miembros de la Junta Directiva, garantiza que en su periodo el Presidente de turno no pueda realizarse cambios y lograr obtener mayoría de la misma. Debemos recordar que el gobierno de Petro tiene dos aliados en la Junta a su Ministro de Hacienda y a Olga Lucia Acosta; quien fue elegida por en reemplazo de Alberto carrasquilla, retirado hace unos pocos meses luego de un fallo del Consejo de Estado por no respetar la ley de cuotas de género.
Es claro el impacto negativo que podría tener en la economía colombiana una decisión de emisión del Banco de la República para financiar proyectos o iniciativas del gobierno Petro. De por sí la inflación está en un nivel bastante alto: 13,34% a marzo de 2023, con un crecimiento continuo desde diciembre de 2022 cuando cerró en 13,12% y desde agosto de 2022 cuando estaba en el 10.84% . Adicional, ha estado afectada negativamente por la decisión del gobierno actual de realizar incrementos mensuales del precio de la gasolina lo que ha generado que en los últimos 8 meses haya subido más del 20%, generando una enorme presión inflacionaria. Como he escrito en columnas anteriores, el incremento en el precio de los combustibles es directamente proporcional al incremento de los precios de casi la totalidad de los productos y servicios que se transan en la economía del país, es un costo que se traslada al consumidor.
De los problemas que puede tener la economía de un país, sin duda la inflación es de los más graves; adicionalmente, su mayor efecto se da sobre las clases menos favorecidas. Si a las circunstancias mencionadas se le suma una emisión desbordada de dinero podríamos tener consecuencias como la que vive Argentina, donde la inflación en marzo de 2023 fue del 7,7% y la anualizada del 104,3%; o más grave aún, como en Venezuela donde la inflación en febrero de 2023 fue del 20,2% y la anualizada fue del 537,7%.
Si algo resulta totalmente perjudicial para un país es la emisión de dinero sin soporte y sin límites, lo hicieron en Venezuela desde la dictadura de Hugo Chavez, dónde Gustavo Petro fue su asesor económico, con unas consecuencias desastrosas y muy visibles: Híper inflación, la debacle económica del país, grandes afectaciones a la población en lo social por falta de recursos y nula capacidad adquisitiva, al punto que literalmente han botado a la basura billetes en cantidades inimaginables.
Debo mencionar que Venezuela no es el único país que ha recurrido a la emisión de dinero para financiar sus necesidades con desastrosas consecuencias en su economía. Alemania hizo lo propio, después de la primera guerra mundial, habiendo quedado totalmente arruinada y endeudada, recurrió a la emisión de dinero lo que generó una hiperinflación entre los años 1921 y 1924. Igual que en la Venezuela de Chavez y Maduro, en Alemania se observaba a su población comprando artículos de primera necesidad, literalmente, con carretillas llenas de billetes. Zimbabue, entre 2008 y 2009, hizo lo propio; el gobierno se dedicó a emitir dinero al punto de imprimir billetes de 100 billones de dólares zimbabuenses, desencadenando en hiperinflación al punto que con un billete de esos escasamente se compraba una barra de pan. Por los lados de América Latina también mencionamos la hiperinflación en Argentina que en 1989 alcanzó el 3.079% y del 2.314% en 1990.
Como sabiamente dice un meme que circula por redes sociales: “Pensar que imprimiendo billetes se acaba con la pobreza es como pensar que imprimiendo diplomas se acaba con la ignorancia.” Nada más cierto; lastimosamente el presidente actual no piensa lo mismo e insistirá en su propuesta. Esperemos que la Junta Directiva del Banco de la República actúe como hasta ahora, con total independencia y ortodoxia económica; evitando un exabrupto como el que Gustavo Petro plantea de emitir dinero. La economía del país y los colombianos en general agradecerán prime el criterio técnico del Banco Central y no los caprichos e ideas absurdas y populistas del mandatario.