por: Jaime Eduardo Botero Gómez
La “inoportuna” declaración de alias Martín Sombra (Elí Mejía Mendoza), también llamado “el carcelero de las Farc”, sobre Mapiripán, en la que afirma que ellos “cometían las embarradas y se las achacábamos a los otros”, a propósito de su afirmación de que la “masacre” de Mapiripán la cometieron las Farc. ¿Y quiénes son los otros? Pues al Ejército en supuesta complicidad con los “paramiliares”, para ellos es lo mismo, con tal que se cumpla el objetivo de desprestigiar a la Fuerza Pública.
Importante saber si la magistrada de la JEP, Dra. Lili Rueda, si dará traslado de esta declaración a la comisión que investiga estos asuntos o mejor, la pregunta sería, ¿existe esa comisión?, o simplemente se trataba de pasar la página, convenientemente, y así callar al tipo este que se había desviado del objetivo central del caso en el que ella trabaja y obligarlo a encausar sus declaraciones sin mencionar hechos incomodos para los magistrados que están en la tarea de lavarle la cara a las Farc.
Dijo además, Martín Sombra, que Timochenko, Alape y los demás miembros del secretariado de las Farc, no estaban diciendo toda la verdad en las diferentes audiencias de los diferentes casos abiertos por la JEP. Eso confirma, también, lo que siempre se ha dicho: Las Farc no estan cumpliendo con los Acuerdos de la Habana. Pero eso a la sociedad colombiana no le importa, solo les importa a quienes son víctimas de las FARC -que se suponía estaban en el centro de los acuerdos, lo cual resultó ser falso- y a las victimas jurídicas de todas estas patrañas: los militares.
En varios artículos, ya hace varios años, relataba yo como se conocían informes de inteligencia, que daban cuenta de las ordenes del Secretarido de las Farc, en vida de Tiro Fijo, y que se volvió política, que consistían en que cada guerrillero muerto en combate debía presentarse como una víctima del Estado. Se las arreglaban para llevar a su madre a los noticieros para decir que ese muchacho había sido un joven ejemplar, trabajador y excelente hijo, debía salir a llorar en los medios por su hijo muerto enlodando al Ejército.
Así fueron ganando terreno en la guerra política contra las FF.MM y generando el rechazo de muchas personas contra la Fuerza Pública, misma estrategia utilizada para aumentar el número de los mal llamados “falsos positivos”, que claro que existieron y deben considerarse como actos atroces cometidos por algunos miembros del Ejército, este número jamás se acerca al que hoy en día señalan las ONG de izquierda, la Comisión de la Verdad y últimamente la JEP. A la JEP se le han pedido los nombres de los 6.402 supuestas víctimas de los falsos positivos y no la entregan porque no la tienen porque si se verifican esos nombres rápidamente se podría desvirtuar ese numero inflado por 10.
También he escrito en el pasado sobre Mapiripán, de como este es un falso positivo judicial y de las ONG “defensoras de derechos humanos”, expertas en montajes para demandar al Estado y así recibir inmensas indemnizaciones a nombre de supuestas víctimas. Recordemos como se supo, después de haber condenado a la Nación por 59 victimas -y a algunos militares-, que la mayoría de las supuestas víctimas están vivas y muchas de ellas pertenecen a las FARC. La ONG llamada Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, fue quien demandó y ganó sumas millonarias, supuestamente en favor de las familias de las supuestas víctimas, jamás devolvió esos dineros ni hubo quien lo cobrara.
Así las cosas, los muertos en Mapiripán se redujeron a seis (6), según las investigaciones de dos ONG y algunos investigadores, quienes descubrieron este fraude procesal y aberración histórica. Me preguntaba yo en otro artículo, que lógica tenía que un grupo grande de paramilitares hubieran sido traídos desde el Urabá, en aviones del Ejército, para asesinar a 6 personas.
Este cuento que se ha tejido en los tribunales más parece un guión cinematrográfico, porque para matar a seis (6) personas en tres (3) lugares distintos de este municipio, se requiere sólo un sicario o a lo sumo dos. Yo siempre he creído que las noticias hay que leerlas con pinzas, ponerle lógica a lo que se lee, descubrir si esa noticia tiene lógica y analizarla, para finalmente sacar sus propias conclusiones. Es lo que siempre he pensado de Mapiripán, nada cuadra, mas parece una novela de ficción.
Pero no, la prensa lo sigue recordando como la gran operación paramilitar apoyada por generales, coroneles, aviones, carros de combate, etc., digna de una película de terror. Ellos siempre introducen la noticia con ese “resumen” macabro que aparte de falso tiene como objetivo seguir en la campaña de desprestigio contra el Ejército, apoyado incluso por los jefes paramiltares que hoy en día quieren que beneficios de los que ofrece la JEP.
Es emblemático el caso de Mariela Contreras, quien confesó -cuando fue descubierta- que el Colectivo de Abogados José Albear Restrepo -CAJAR- le ofreció dinero para que declarara que su esposo y su hijo, habían muerto en dicha “masacre”, y resultó que el hijo apareció en una fotografía de las Farc, y a su marido lo asesinaron a puñaladas en una pelea de bar en otra región. Como este caso, fueron demostrados muchos otros con los que armaron ese gran montaje contra el Ejército y contra el Estado colombiano.
Por estos hechos condenaron al General Jaime Uzcátegui, quien, siendo comandante de la Séptima Brigada, ni siquera tenía jurisdicción sobre Mapiripán ni sobre el batallón que se supone -según los relatos de las ONG- también acompaño la operación. Como será de absurda esta condena que periodistas y políticos, enemigos acérrimos del las FFMM, dijeron en su momento que esa condena debía revisarse.
¿Alguien, según la nueva verdad expresada por el Carcelero de las Farc, contará entonces la nueva realidad? ¿Tendrán los jueces la grandeza de revisar lo que constituyó un equívoco que condujo a una de las injusticias mas notorias de la historia judicial de Colombia?, porque de paso, sea dicho, yo si le creo a Martín Sombra, quien se ha caracterizado por confesar muchas crudas verdades.
¿Hasta cuando los colombianos seguiremos con esta indiferencia, tragando entero y dándole la espalda a nuestros militares?
Ñapa: será tema de otro articulo, pero ¿deben los militares en la JEP confirmar lo que digan las víctimas so pena de pasar por una condena de 20 años? Por ejemplo, el Coronel Hernán Mejía Gutierrez, dijo su verdad, aclaro los hechos y como no confesó lo que la JEP quería, hoy espera que le definan su situación que seguramente será la prisión como ya sucedió con el General Jesús Armando Arias Cabrales, preso por defender el Palacio de Justicia mientras quienes eran miembros del grupo terrorista M-19, están en el gobierno.