- Realidades – No. 623 – Enero 21 de 2018
- Editorial
Nuevos roces se han producido recientemente entre los presidentes de Colombia y de Venezuela, mientras el ex presidente Uribe llama al Ejército Venezolano a retirarle su apoyo a Maduro y a pensar más en la población que en el Régimen.
Los roces comenzaron cuando el gobernante venezolano desconoció el incuestionable éxodo de venezolanos hacia Colombia, y a cambio salió con la absurda teoría de que son los colombianos quienes están huyendo hacia Venezuela por una supuesta “crisis humanitaria espantosa” que se vive de este lado de la frontera. Nada más absurdo. Todos los medios de comunicación del mundo libre han registrado el numeroso paso de venezolanos hacia Colombia. Las estadísticas se han disparado y las dramáticas imágenes de los ciudadanos del vecino país en los terminales de transporte y en los parques colombianos son muchísimas. Claro, Maduro solo ve sus canales de televisión en donde muestran lo que él quiere.
A diario vemos en todos los noticieros y en los periódicos, imágenes de los anaqueles vacíos en los almacenes de alimentos en Venezuela, y el desabastecimiento es tan crítico como la inflación, que superó el año pasado la increíble cifra de 2.600%
A las declaraciones de Maduro, el presidente Santos contestó que “no utilice a Colombia para tapar las enormes falencias de su revolución fracasada”, a lo que Maduro respondió: «Vamos a defender las verdades de Venezuela (…) y a decir las verdades de Colombia, porque Juan Manuel Santos se la pasa despotricando de nuestro país, de gratis, bandido, Juan Manuel Santos». Y agregó: «Colombia es un Estado forajido (…) casi 10 millones de colombianos viven en el exterior por causa de la pobreza, la miseria y la guerra».
La molestia de Maduro comenzó cuando el gobierno de Colombia desconoció a la Asamblea Constituyente que impuso el dictador venezolano. En varias ocasiones ha pedido públicamente Santos que se desmonte esa Asamblea, lo cual ha generado la ira del dictador.
Para nosotros los colombianos, compartir el vecindario con Maduro representa un riesgo parecido al que corre aquel que va en un ascensor junto a un loco armado con una escopeta. La situación en Venezuela está tan deteriorada en todos los aspectos, que puede compararse con una olla a presión con la válvula tapada. La gente ya comenzó a saquear el comercio por culpa del hambre. En las redes sociales circulan videos de ciudadanos venezolanos, incluyendo miembros de la policía, buscando comida en la basura.
Esta semana, el ex presidente Uribe dijo que el Ejército de Venezuela “tiene la palabra: o permite que sigan asesinando a los ciudadanos o interviene para poner a Nicolás Maduro a un lado y que convoquen a elecciones libres”.
Un sector de la opinión piensa que el tema de Venezuela no debería ventilarse en las campañas políticas que inician este año en Colombia, y que no existe el menor riesgo de que aquí vaya a suceder lo que pasa en el vecino país. Otro sector afirma que en Colombia sí puede pasar lo que hoy se vive en Venezuela, y que por esa razón es inevitable tener ese tema muy en cuenta a la hora de votar.
La realidad es que hay una corriente política colombiana muy afecta al Socialismo del Siglo XXI. Hay varios precandidatos cuyos videos alabando a Chávez, a Maduro y al régimen venezolano circulan ampliamente en las redes sociales, y no han tenido el menor interés en ocultar una tendencia política muy alineada con el régimen venezolano.
Probablemente, aquellos que no quieren que se hable de Venezuela a la hora de las campañas políticas, son partidarios de ese tipo de régimen, pero saben que es preferible comenzar a alejarse del tema, o de lo contrario la gente no les dará su voto.
El futuro de Colombia está en juego y se decidirá este año.