Por: Alejandro Ramírez Londoño.
En una clara demostración del peor momento que vive la historia de la Diplomacia Colombiana por cuenta de Gustavo Petro, quien posa de caracterizado enemigo el modelo neoliberal, se ausentó de la posesión de Javier Milei como presidente de la República Argentina. Escuchar el “Que viva la libertad carajo!” podría provocar un exorcismo en un “progresista” como se auto define Petro, cuya egolatría releva los intereses de Estado por los propios, evidenciando aquello en azarosos trinos como los que le dedicó al hoy gobernante de los Argentinos desde la primera vuelta de las elecciones presidenciales, exhibiendo además su pésimo cálculo geopolítico.
Quienes escuchamos con atención el discurso de posesión de Milei quedamos más que atónitos, perplejos, por las cifras que reveló, las cuales muestran con detenimiento el estado en que recibe a la Argentina después de 20 años de la llegada del Kirchnerismo al gobierno: “no hay plata”. Y no fue menor la advertencia que recibimos los colombianos de su discurso, cuando le dedicó la mitad del mismo a “las herencias” luego de un gobierno que se caracterizó de progresista, las que le dejan un estrecho margen de maniobra que dedicará a un programa de ajuste severo como no habíamos visto en Latinoamérica: por cuenta del sector público, “Que caiga con toda la fuerza sobre el Estado y no sobre el sector privado”. Y es que en Colombia, a diferencia de lo anunciado en Argentina, el exministro de Hacienda de Petro pretendió dar ajuste a las cuentas de la Nación estrangulando al sector productivo, al emprendimiento, mientras calculaba la expansión burocrática de un inservible “Ministerio de la igualdad y equidad” con 5 viceministerios y 20 direcciones el cual nos costará el próximo año $500 mil millones de pesos, cuando nuestra economía entrará en recesión.
“Los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal” dijo Milei. Con un programa que denominó “el re acomodamiento macro” un liberal de corte “libertario”, el primero de los cuales llega a cambiar la tendencia de un país arruinado por una hiperinflación, proyectada en el 52% mensual, exacerbada por la emisión de moneda “que se llevó 20 puntos del PIB.” Un ajuste severo que promete luz al final del túnel. “La única forma de salir de la pobreza es con más libertad.” No será fácil salir triunfante de semejante proeza, cuando acostumbraron a los argentinos a vivir de las migajas que giraba en ingentes programas el gobierno central.
Las cifras que reveló el nuevo presidente de los argentinos no son otras que las cifras de la desolación “pobrecista”. El dato más alarmante “la bomba en términos de deuda” como la llamó Milei, corre por cuenta de los más de USD 520 mil millones de deuda que los argentinos tendrán que pagar por el desgreño administrativo, de la torpeza, agravados por el próximo vencimiento de deuda en monto de USD 115 mil millones en un país sin financiamiento y cuya economía no crece desde hace 12 años, que vive en la estanflación hace más de una década. “Nos han arruinado la vida” se le escuchó decir.
En su discurso de posesión, Milei manifestó gran preocupación por la inseguridad. “La clase política le dio la espalda a la fuerza pública”, rasgo del progresismo con el cuál nos reflejamos quienes lo vemos aplicado en Colombia, cuando observamos impávidos que el gobierno retira generales por doquier con una pérdida indiscutible para el orden público; cuando el Ministro de Defensa caracteriza nuestra fuerza pública como “disminuida” pero a la vez permite que los terroristas secuestren, torturen y humillen miembros de nuestra fuerza pública sin consecuencia alguna, precaviendo la desmoralización de quienes son el sostén de nuestra democracia.
A continuación Milei destacó los bajos resultados de los estudiantes argentinos en las pruebas PISA, dejando a su país relegado al puesto 66 entre 81 países medidos, aún cuando fue el primer país del mundo en terminar con el analfabetismo. Esta es otra grave similitud que tiene nuestro país con el rezago progresista argentino, cuando Colombia quedó en el puesto 64 -apenas dos puntos por encima- y como en Argentina, la mayoría de los niños asisten a escuelas “de gestión estatal”. Y es que Colombia cedió puntaje en los 3 dominios medidos en las pruebas PISA: lectura, matemáticas y ciencias, donde más del 50% de los estudiantes no alcanzaron las competencias básicas esperadas para cada una de ellas pese a los grandes esfuerzos presupuestales por extender la cobertura en escuelas públicas.
Milei terminó su discurso con la preocupación que hoy vivimos los colombianos: la salud. Señaló que solo debieron haber perdido la vida 30 mil argentinos en la pandemia, pero en virtud de la ineficiencia del sistema “el Estado te cuida”, mismo que prometió llevar salud al barrio en “el Estado en tu Barrio” ocasionó la muerte de 130 mil. Pues bien, la coincidencia es total entre el énfasis “barrial” del sistema progresista que Milei acusa de ineficiente con el énfasis barrial de los CAP’s que propone la nefasta reforma que aprobó la semana pasada la Cámara de Representantes.
A pocas horas de haber juramentado el presidente Milei, tomaron también posesión sus 9 ministros “El Estado no es un botín de guerra para repartir entre los amigos”. Tenemos mucho que aprender del camino que a partir de ayer dio inició en Argentina para recomponer lo perdido.