Por: Duván Idarraga
A partir de las cifras ya publicadas por entidades oficiales realizo algunas observaciones sobre el desempeño económico del país. Es más que evidente que ha resultado un año 2023 desastroso. Se ha corroborado, tristemente, el anuncio de la ex ministra Irene Vélez: Colombia decrece, de manera considerable y muy preocupante; con el impacto que ello tiene en lo económico y social.
Primero, me voy a referir al resultado del Producto Interno Bruto (PIB). Es conocido que el crecimiento durante el año 2023 fue un paupérrimo 0,6%; el resultado más bajo desde 2006, inferior incluso al 1,4% de 2017. Por obvias razones excluyo del análisis el –7,2% del año 2020, resultado de la pandemia.
Del PIB del 2023, versus la del 2022,hago énfasis en lo siguiente:
Primero, frente al PIB de 2002 que fue del 7,3%, en 2023 se da un decrecimiento del 91,78%. Además, Ocho de los doce sectores (el 67%) decrecen; solo crecen tres (25%) y uno queda igual.
Segundo, me genera una enorme preocupación los resultados de los sectores Construcción,(decrece 4.2%, equivale al 161,76%, en 2022 había crecido 6.8%); Industria (decrece3.5%, equivale al 136,84%, en el 2022 había crecido 9,5%) y Comercio (decrece 2.8% equivale al 126,17%,en 2022 había crecido 10,7%). Son sectores de enorme relevancia en el Producto Interno Bruto; además los mayores promotores de la generación de empleo en el país y tienen un gran efecto dinamizador en los demás sectores de la economía.
Tercero, crece el 3.9% el sector de la Administración Pública,equivale al 290%. En términos numéricos eso es importante para la economía del país, pero muestra una tendencia de lo que podría considerarse un crecimiento desbordado del tamaño del Estado; resultado de las definiciones del actual gobierno de crear nuevas dependencias, embajadas, ministerios y miles de cargos. Ese crecimiento desbordado de la burocracia es usual en los regímenes socialistas, los mismos que tanto admira Gustavo Petro. Eso, aunado al crecimiento desbordado del gasto dentro Presupuesto General de la Nación (PGN), como he comentado en columnas anteriores, no resulta favorable para el país en el mediano plazo. Importante mencionar que en el 2022 la Administración Pública creció solo el 1%.
Cuarto, un importante crecimiento de la explotación de Minas y Canteras del 2,6% (crece el 100% frente a 2022 cuando obtuvo 1,3%); ahí se incluyen hidrocarburos, pese a las definiciones y acciones del actual gobierno en su contra.Igualmente, destacable el sector de Actividades Financieras y de Seguros,el de mayor crecimiento del PIB con un 7.9%(19,7% más que en 2022).
Otros resultados económicos de 2023: Por el lado de las Exportaciones el panorama es igual de inquietante: A diciembre del 2023, según el DANE, el total de exportaciones fue de US $49.542,9 millones frente a US $56.910,1 millones del 2022, es decir, una reducción del 12.9%. De este total, llama la atención la caída significativa del grupo de Combustibles e Industrias Extractivas, pasa de US$31.830 millones en 2022 a US$25.913 millones en 2023, una caída del 18.6%. Mas grave aún si tenemos presente la importancia de este sector en el total de las exportaciones (equivalen al 52.3% del total). Es claro que las definiciones del actual gobierno frente al sector tienen su impacto las cifras de exportaciones del mismo; reitero mi inquietud, ¿cómo piensa el gobierno reemplazar los ingresos del sector, de tal manera que no se afecten las finanzas públicas del país?
Por el lado de la tasa de desocupación en Colombia, los resultados son favorables. A diciembre del 2022, se ubicaba en el 11.2%; a diciembre del 2023 cerró con el 10.2%.
Frente a los resultados del PIB en el 2023 es evidente que el Sector Público tiene una contribución importante, incluso podría pensarse que es el que genera la disminución de la tasa de desocupación. Ese crecimiento en la nómina oficial se da después de los anuncios del actual gobierno de la creación de embajadas, dependencias, ministerios, más el incremento de planta de personal para la DIAN, entre otros. Por otro lado, la preocupación que me surge es que frente a la vertiginosa caída de los tres sectores más dinamizadores de la economía (Construcción, Comercio e Industria), es altamente probable que en el 2024 la tasa de desocupación vuelva a subir considerablemente.
La cifra del crecimiento del PIB es más que inquietante, el 0,6% es desastroso, como lo mencioné, es de las más bajas de los últimos años en el país. La gran preocupación adicional es el impacto que están teniendo en la actividad productiva las decisiones del actual gobierno; la disminución significativa en el ambiente de confianza es una consecuencia de ellas. Es el sector privado, mayoritariamente, quien percibe el efecto dado que ocho de los doce sectores muestran decrecimiento. Ello mientras el crecimiento del sector público se ha desbordado (más burocracia y más gastos). Un crecimiento desbordado en el sector público es construir un modelo socialista como el de Venezuela (desde Chávez a la fecha) o Argentina en la época delos Kirchner y Fernández, donde el Estado se volvió el principal empleador y quien genera subsidios por todo, lo que resulta económicamente inviable, con las graves consecuencias en lo económico y en lo social para el país. No conviene a Colombia que lo privado decrezca mientras lo publico crece de manera desbordada.