- Realidades – No. 635 – Abril 14 de 2018
- Editorial
El 4 de abril llegó a la Dirección de Asuntos Internacionales de la Fiscalía General de la Nación una acusación formal emitida por la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, en la que se acusa a alias Jesús Santrich, miembro de la Cúpula de las Farc y uno de los congresistas nombrados a dedo como resultado de los acuerdos de La Habana (y que dicho sea de paso, Santos dijo que no iban a haber).
La acusación es por el delito de narcotráfico, cometido mucho tiempo después de la firma de los mencionados acuerdos, y se basa en una operación de encubrimiento realizada por agentes federales de la DEA y por Fiscales estadounidenses.
Diez toneladas de cocaína, fueron negociadas por Seusis Pausivas Hernandez Solarte, alias Jesús Santrich, y por otros tres individuos. En ese grupo de personas, ya capturadas, se encuentra un sobrino del también miembro de la cúpula de las Farc Iván Márquez, y también congresista a dedo.
Aunque las pruebas que anuncia tener la Justicia de Estados Unidos son contundentes, el procedimiento ahora es esperar la respuesta de la JEP, que confirme que los delitos fueron cometidos luego de la firma de los acuerdos. Eso no debería demorar mucho, porque hay muchos meses de diferencia entre esas dos fechas. Nadie se explica aún por qué la JEP pide 120 días para evaluar las fechas. A todas las críticas que ha recibido esa “Justicia Especial” se sumarán las de ineficaz, ineficiente y dilatoria. Este tema es lo suficientemente importante como para que se deba resolver en un par de días. Muy mal comienzo.
Luego de la captura, las reacciones no se han hecho esperar: Los voceros de la izquierda denuncian que eso se trata de un montaje, mientras que los representantes de la derecha piden que se cumpla el dicho: “El que la hace, la paga”, y algunos que quieren aparecer como moderados dicen que hay que esperar la publicación de la totalidad de las pruebas. Si el Fiscal General y el propio Presidente Santos ya anunciaron la contundencia de las pruebas, la extradición de Santrich solo debería ser cuestión de poco tiempo.
Claro, hay muchos que reniegan del Fiscal, porque “se fue contra el proceso de paz”. Otros afirman que el Fiscal actúa con servilismo frente a las órdenes de Estados Unidos. No faltan los que piden que se perdone a Santrich en beneficio de la paz. Lo cierto es que se han anunciado gran cantidad de pruebas, que incluyen grabaciones, videos, correos electrónicos y testimonios de los infiltrados. Todo eso hace que hoy la pregunta sea: ¿Quién en las Farc, además de Santrich, está metido en el tema? Diez toneladas de cocaína no las puede producir un solo individuo.
Por supuesto que el proceso de paz recibió un golpe mortal con la captura de Santrich, que confirma que las Farc, o por lo menos alguno de sus principales voceros, sigue en el narcotráfico. Si antes argumentaban que había que vender coca para comprar uniformes y botas para la guerrilla, hoy se puede afirmar que son solo están “traqueteando”.
Esta noticia se produce al tiempo de la destitución de Gloria Ospina, directora ejecutiva del Fondo Colombia en Paz, y a pocos días de la renuncia de Nestor Raúl Correa, secretario de la JEP, en medio de rumores de malos manejos de los recursos para el posconflicto.
Realmente, la implementación de los acuerdos firmados con las Farc no puede estar en peor momento. Desde la ineficacia del gobierno para cumplir con los compromisos adquiridos en la adecuación de las zonas de concentración hasta la captura de Santrich, muchos son los tropiezos que ha tenido la implementación de los acuerdos. El presidente debe estar muy arrepentido por no atender la voluntad popular expresada en el plebiscito de octubre de 2016. Lo único bueno que le quedó fue el premio Nobel, el cual probablemente también habría obtenido si hubiera hecho lo correcto, al respetar el resultado de la votación y llegar a unos nuevos acuerdos, como lo ordenó la Corte Constitucional. Pero se apresuró a firmar y se ganó el rechazo de la gente, puesto de manifiesto en todas las encuestas.